Por: Kely Moreno Morales

“Mi vida ha sido siempre muy alegre, yo vivo con mi padre, mi madre y mi hermano, y vivo contenta con ellos, me acompañan, me guían y me cuidan, pero también hay días que no probamos ni un plátano, a veces cuando llega plata nosotros comemos, pero es muy difícil, en casa dormimos todos en la sala”

Liliana Mahecha Participante proyecto Provisión de Asistencia Humanitaria a Población Vulnerable en Colombia.

Liliana Mahecha es una adolescente de 15 años, su familia es su compañía, su apoyo y soporte. A su corta edad ha pasado muchas necesidades, ha despertado con hambre, ha sentido frío y muchas veces dolor. Con mucha tristeza, en medio de las dificultades del día a día, hay una pregunta que no la abandona y que a veces no la deja dormir, ¿cómo podría algún día llegar a ser doctora?

“Para ir a estudiar yo tengo que caminar más de una hora, es peligroso y muchas veces no puedo ir porque tengo que cuidar a mi hermano para que mi mamá vaya a buscar algo de comida”

Liliana llegó hasta la Unidad Móvil de Salud dispuesta por la Cruz Roja Colombiana a través del proyecto: Provisión de Asistencia Humanitaria a Población Vulnerable que cuenta con el apoyo de la Cruz Roja Española, la Cruz Roja Alemana y la Unión Europea. Allí, su sueño empezó a tener rostros. Liliana miró con detalle cada una de las funciones de enfermeros(a), odontólogas, regente de farmacia y por supuesto, de la doctora donde prestó especial atención, como cuando una niña recién descubre lápices de colores y se afana por usarlos. Antes de llegar a la jornada de atención humanitaria, Liliana tenía la impresión de que su camino era ayudar a otros(a). Al ver la entrega en la atención, la amabilidad en las palabras y los rostros de nuestros profesionales y voluntarios del área de la salud, se convenció de que su camino tenía que recorrer muchos pasos hasta llegar a convertirse en una profesional que pueda ayudar a otros a través de la medicina.

Cómo podría llegar a ser doctora algún día?, se volvió a preguntar, ¿cómo podría lograr estar del lado de quienes le brindaron servicios de salud a su madre, a su pequeño hermano, a su comunidad y a ella misma? La respuesta fue mucho más sencilla de lo que ella imaginaba y le vino a la mente con la certeza escalofriante de su realidad: tenía que estudiar. En el Medio Baudó el acceso a la educación es limitado, los jóvenes se encuentran con falta de oportunidades educativas, además de factores como la pobreza, muchas veces la presión por empezar a trabajar y por supuesto, el conflicto y la violencia hacen que la Región Pacífica sea una de las regiones con los indicadores más bajos de acceso a la educación en todo el país. Para Liliana el camino hacia sus sueños seguramente no será fácil, pero en sus ojos brilla la esperanza de alguien que quiere cumplir sus sueños de ayudar.

“Yo quiero decirles gracias a los doctores que están aquí mirando a mi mamá y a mi hermano porque ellos han estado muy enfermos porque el agua que tomamos nos hace doler el estómago”

Con gran entusiasmo Liliana se va a su hogar, con su hermano entre brazos pone la vista atrás, allí donde están esas personas que la han inspirado y vuelve a despedirse con una sonrisa amplia y una mirada que refleja la voluntad de alcanzar su sueño de ser doctora.