Ronald Manuel Murillo Delgado tiene 43 años y es barbero de profesión, pese a contar con esa formación certificada, en Venezuela el pago por su trabajo lo recibía en especie. “Así trabajara mucho no conseguía cubrir las necesidades mínimas de alimentación de mi familia. Por un corte me daban una libra de harina pan o de arroz”, asegura. Cuando decidió viajar a Colombia prefirió venir solo, pues desconocía la tierra que iba a pisar.


Este hombre casado y padre de dos hijos asegura que no fue fácil dejar atrás al resto de su familia. “Ahora es muy común en mi país que los hombres nos tengamos que venir a aventurar y dejar a las mujeres e hijos allá”, explica Ronald. De Venezuela llegó a Cúcuta y de ahí viajó hasta Bogotá, ese fue el primer lugar donde se asentó en esta odisea iniciada hace casi dos años. Allí se ubicó en el sector de Kennedy ejerciendo su oficio de barbero hasta la fabricación de guacales pasando por el reciclaje y otras
labores en Corabastos.

Ronald empezó a destacarse por su capacidad, sus ganas de trabajar y por su honradez, cualidades que le abrieron el paso para hacer nuevas amistades que a los dos meses lo contactaron con una chatarrería en Villavicencio. Esa oferta le permitió traer a su grupo familiar y continuar en ese trabajo por más de un año. Sin embargo, la situación económica de la región se complicó por el cierre de la vía Bogotá – Villavicencio desde junio de este año, esto llevo a Ronald a seguir rebuscándose el sustento con su trabajo de barbería. Sin embargo, esta no es su única ocupación: las limitaciones económicas que padece no le impiden a Ronald sacar tiempo para realizar jornadas sociales en el sector donde vive y en otras zonas vulnerables de la ciudad.

Con otras familias venezolanas han creado un proyecto de huertas caseras que cuenta con el apoyo de autoridades locales y la fundación -Caudal de Vida-, por medio de esta fundación llegó al Puesto de Atención al Migrante que tiene la Cruz Roja Colombiana Seccional Meta en Villavicencio, donde ha recibido el apoyo y las ayudas que se le ofrecen a los migrantes. A pesar de las dificultades, en la voz de Ronald se siente el entusiasmo por salir adelante con su familia, la gratitud por la ayuda recibida de manos de colombianos, de la fundación y de la Cruz Roja Colombiana.

Escrito por: María Isabel Barragán Pérez, Referente de Comunicaciones
Cruz Roja Seccional Meta
Oficina Nacional de Comunicación e Imagen
Cruz Roja Colombiana