El Proyecto Resiliencia y Salud para la Infancia de la Cruz Roja Colombiana con el apoyo de la Cruz Roja Noruega, tiene el objetivo de mejorar la calidad de vida de infantes y adultos en zonas vulnerables priorizadas del pacifico colombiano por medio de acciones que aporten a su bienestar y salud en el diario vivir. A partir de intervenciones dirigidas al mejoramiento de las condiciones de vida y de la salubridad en la población, el proyecto logró instalar más de 900 metros de tubería con sus respectivos accesorios hidráulicos para poder entregar agua en las casas de aproximadamente 130 familias.
En el municipio de San Andrés de Tumaco, el proyecto se ubicó en el barrio, el Morrito, el cual se fundó en 1997, fecha desde la cual ha recibido a un 95% de familias desplazadas víctimas del conflicto armado. Varias de estas familias se asentaron en zonas inundables, construyendo sus casas sobre palafitos y con medios de transporte peatonales como puentes en madera.
Teniendo en cuenta las condiciones estructurales y de ubicación del terreno, la zona de palafitos del barrio el Morrito no cuenta con una conexión a la red de distribución de agua potable del municipio (acueducto), lo que ha generado que los habitantes se desplacen distancias significativas para poder llenar baldes o bolsas de agua los días que se surte el recurso hídrico al barrio, sumado a esto, las pésimas condiciones de los puentes de madera, son un riesgo para el tránsito con carga.

Actividades como conexiones ilegales a la tubería principal, han afectado todo el enmallado del acueducto, debido a que estas fisuras permiten el ingreso de agua salobre con carga orgánica como basura y residuos sólidos que arrastra la marea alta y que contaminan la red de distribución de agua potable.
Estos escenarios de alta vulnerabilidad permiten la proliferación de enfermedades de origen hídrico tales como las diarreicas agudas (EDA) que tienen una incidencia directa en el adecuado crecimiento y desarrollo de los niños y niñas que se están expuestos constantemente a esta enfermedad. A través del proyecto se logró identificar que el 35% de los niños y niñas de las familias encuestadas en esta zona, han sufrido, como mínimo una vez en menos de 6 meses, de enfermedades diarreicas agudas.
El proyecto Resiliencia y Salud para la Infancia, buscó realizar un trabajo en conjunto con la ESP Agua de Tumaco, encargada de la administración y operación de la red de acueducto en el municipio. A partir de esto, la empresa de servicios públicos llevó a cabo un estudio para el levantamiento de información y análisis de la zona que carece de tubería de agua potable, con el fin de identificar acciones que que permitan el suministro de agua en la zona palafitica, evitando estos escenarios precarios en los que viven los habitantes del Morrito en la zona de puentes hace más de 17 años.
El correcto abastecimiento de agua es fundamental para cualquier población, pues de este recurso se desprende la garantía de varios aspectos vitales para una calidad de vida en términos de saneamiento básico y salud. Según el último Informe sectorial de los Servicios Públicos Domiciliarios de Acueducto y Alcantarillado, para el 2018 la cobertura de acueducto tiene un promedio nacional en zonas urbanas del 87,54%, y en Nariño del 51,47%.
Este dato comparado con la cobertura rural de acueducto que en los datos nacionales arroja un 34,39% y en Nariño 39,35%, hace concluir que se deben continuar los esfuerzos por fomentar procesos en donde es clave la voluntad política y comunitaria, con la visión de proporcionar el mejoramiento de procesos mínimos donde el agua sea una garantía de derechos de nuestras poblaciones.

Por este motivo, se logró concretar la ampliación y optimización de la red de suministro de agua potable a la zona del barrio beneficiario del proyecto, dejando un impacto positivo en aproximadamente 600 personas que no tenían acometidas de agua potable y en el que en otros puntos del proyecto en municipios del pacífico como; Condoto, Buenaventura, Timbiquí y el Triángulo de Telembí se han realizado esfuerzos para garantizar este insumo vital por medio de métodos alternativos de captación y optimización del agua.
Las acciones se lograron gracias al equipo del proyecto Resiliencia y Salud para la Infancia de la Cruz Roja Colombiana financiado por la Cruz Roja Noruega y la ESP Aguas de Tumaco.
Así mismo, contó con el apoyo de la Junta de Acción Comunal y el Comité Comunitario en Salud a través de los cuales se realizaron mesas de planeación, concertación y equipos de trabajo con voceros y el presidente de la junta de acción comunal del Morrito.
Este proceso busca que los habitantes no sólo se sientan como beneficiarios, sino también como participes y ejecutores de este proceso, permitiendo una apropiación, sostenibilidad, fortalecimiento desde el tejido social y acciones encaminadas a mejorar la resiliencia de estas comunidades.
La Cruz Roja Colombiana se encargó de todo el suministro y compras de materiales y accesorios necesarios para la ejecución del proyecto y de la veeduría del correcto funcionamiento en su fase operativa, Aguas de Tumaco E.S.P estuvo realizando toda la asistencia técnica en la planeación y ejecución de la obra. Igualmente, se han venido ejecutando acciones en el desarrollo del componente social junto con la Cruz Roja Colombiana y el seguimiento del correcto funcionamiento y ajustes estructurales de la obra en caso de ser necesario.
Para este proceso, la comunidad del Morrito aportó la mano de obra por medio de grupos de trabajo comunitario y realizó un compromiso social con el cuidado y mantenimiento de la obra que generan la sostenibilidad del micro-proyecto.
De esta manera la Cruz Roja Colombiana sigue trabajando por la niñez en el pacífico y sigue desarrollando acciones que aporten al bienestar y salud en el diario vivir de miles de personas en condición de vulnerabilidad, demostrando así que lo humanitario es lo prioritario.
A través de este proyecto y el fortalecimiento de la articulación con la Empresa de Aguas de Tumaco, se ha logrado la optimización y ampliación del barrio Morrito, logrando beneficiar alrededor de 600 personas con la llegada del recurso hídrico apto para el consumo humano, aportando de esta manera a la disminución de enfermedades, buscando mejorar las condiciones de la calidad de vida de infantes y adultos en zonas vulnerables priorizadas del pacifico colombiano.
En el municipio de San Andrés de Tumaco, el proyecto se ubicó en el barrio, el Morrito, el cual se fundó en 1997 y a partir de esta fecha ha abarcado a un 95% de familias desplazadas víctimas del conflicto armado. Varias de estas familias se asentaron en zonas inundables debido a la marea allí presente, construyendo sus casas sobre palafitos y con medios de transporte peatonales como puentes en madera.

Teniendo en cuenta las condiciones estructurales y de ubicación del terreno, la zona de palafitos del barrio el Morrito no cuenta con una conexión a la red de distribución de agua potable del municipio (acueducto), generando que los habitantes se desplacen distancias significativas para poder llenar baldes o bolsas de agua los días que se surte el recurso hídrico al barrio, sumado a esto, las pésimas condiciones de los puentes de madera, siendo riesgosos para el tránsito con carga.
Esta situación ha generado entre otras cosas, actividades como conexiones ilegales a la tubería que existe entrando al barrio, lo cual afecta a nivel general todo el enmallado del acueducto, pues permite que ingrese agua salobre y con carga orgánica alta debido a las basuras y elementos que arrastra la marea y terminan infiltrándose en la red de distribución de agua potable, contaminándola y afectando a toda la comunidad.
Estos escenarios desmejoran las condiciones por necesidades básicas insatisfechas, generando enfermedades de origen hídrico como las Enfermedades Diarreicas Agudas (EDA), que a repetición desmejoran la micorbiota intestinal y con ella la absorción de micro y macro nutrientes que son requerimientos básicos para un adecuado crecimiento y desarrollo de los niños y niñas. Durante el primer trimestre del 2021 se realizó el levantamiento de la línea base inicial de los lugares donde se realizaría la intervención, encontrando que el 35% de los niños y niñas de las familias encuestadas han sufrido como mínimo una vez en menos de 6 meses de EDA.
De acuerdo a lo anteriormente descrito, el proyecto Resiliencia y Salud para la Infancia, buscó realizar un trabajo en conjunto con la ESP Agua de Tumaco, encargada de la administración y operación de la red de acueducto en el municipio. A partir de esto, la empresa de servicios públicos llevó a cabo un estudio, levantamiento y análisis de la zona que carece de tubería de agua potable, para así fomentar acciones que permitan el suministro de agua en la zona palafitica, evitando estos escenarios precarios en los que vive los habitantes del morrito en la zona de puentes hace más de 17 años, logrando proporcionar una mejor calidad de vida.
Del mismo modo, el correcto abastecimiento de agua es fundamental para cualquier población, pues de este recurso se desprende la garantía de varios aspectos vitales para una calidad de vida en términos de saneamiento y salud. Según el último Informe sectorial de los Servicios Públicos domiciliarios de Acueducto y Alcantarillado, para el 2018 la cobertura de acueducto tiene un promedio nacional en zonas urbanas del 87,54%, y en Nariño del 51,47% . Este dato comparado con la cobertura rural de acueducto que en los datos nacionales arroja un 34,39% y en Nariño 39,35%, y realizando un análisis al Boletín de SIVICAP a diciembre de 2020 donde reporta un nivel de riesgo medio en el IRCA (Índice de Riesgo de Calidad del Agua potable) con valores de 21,58, nos hace concluir que debemos continuar en este esfuerzo por fomentar procesos en donde es clave la voluntad política y comunitaria, con la visión de proporcionar el mejoramiento de procesos mínimos donde el agua sea una garantía de derechos de nuestras poblaciones.
Por este motivo, se logró concretar la ampliación y optimización de la red de suministro de agua potable a la zona del barrio beneficiario del proyecto, dejando un impacto positivo en aproximadamente 600 personas que no tenían acometidas de agua potable y en el que en otros puntos del proyecto en municipios del pacífico como; Condoto, Buenaventura, Timbiquí y el Triángulo de Telembí se han realizado esfuerzos para garantizar este insumo vital por medio de métodos alternativos de captación y optimización del agua.
Las acciones se lograron gracias al equipo del proyecto Resiliencia y Salud para la Infancia de la Cruz Roja Colombiana financiado por la Cruz Roja Noruega, la ESP Aguas de Tumaco y la comunidad con la representación de la junta de acción comunal y el comité comunitario en salud, ya que se realizaron mesas de planeación, concertación y equipos de trabajo con voceros y el presidente de la junta de acción comunal del Morrito.
De esta manera, este proceso busca que los habitantes no sólo se sientan como beneficiarios, sino también como participes y ejecutores de este proceso, permitiendo una apropiación, sostenibilidad, fortalecimiento desde el tejido social y acciones encaminadas a mejorar la resiliencia de estas comunidades.
De ese modo, la Cruz Roja Colombiana se encargó de todo el suministro y compras de materiales y accesorios necesarios para la ejecución del proyecto y de la veeduría del correcto funcionamiento en su fase operativa, Aguas de Tumaco E.S.P estuvo realizando toda la asistencia técnica en la planeación y ejecución de la obra. Igualmente, se han venido ejecutando acciones en el desarrollo del componente social junto con la Cruz Roja Colombiana y el seguimiento del correcto funcionamiento y ajustes estructurales de la obra en caso de ser necesario. Para este proceso, la comunidad del Morrito aportó la mano de obra por medio de grupos de trabajo comunitario y realizó un compromiso social con el cuidado y mantenimiento de la obra que generan la sostenibilidad del micro-proyecto.
Esto concluyó en una intervención organizada y grata para todas las partes, donde con todos los tecnicismos posibles y planeación conjunta, se logró instalar más de 900 metros de tubería con sus respectivos accesorios hidráulicos para poder entregar agua en las casas de aproximadamente 130 familias, que nunca habían tenido este servicios que muchos habitantes de la comunidad lo llaman como un privilegio que desde una visión de los determinantes de la salud, contribuyen a la disminución de factores de riesgo ambiental, sociales y económicos entre otros, dando como resultado el mejoramiento de la calidad de vida especialmente de los niños y niñas de estas comunidades.
De esta manera la Cruz Roja Colombiana sigue trabajando por la niñez en el pacifico y sigue desarrollando acciones que aporten al bienestar y salud en el diario vivir de miles de personas en condición de vulnerabilidad, demostrando así que lo humanitario es lo prioritario.
#SomosCruzRoja
Comentarios recientes