Antes de llegar a Colombia, vivía en Venezuela en Monagas, exactamente en Caripito Maturín, tengo 8 años y mi cumpleaños es el 26 de noviembre. Cuando salimos de Venezuela con mi familia, me sentí muy triste, porque mi mamá lloraba mucho y sentía dolor de dejar todas las cosas, a mí me daba mucha pena dejar a mis amigos, mi colegio y mi familia, extraño mucho a mis amigos Brayan y Michael, porque con ellos jugaba “tocaito”, cartas y béisbol.

Cuando llegue a Ipiales me sentía confundido, porque no sabía en donde estaba, no conocía nada, hasta el dinero era extraño, no tenía amigos, solo mi primo Richardy Moreno; lo que más me gusta de Ipiales es que hay mi comida favorita, la pizza, arroz chino y chicles de menta, me gusta ir al Gran Plaza al parque de los juegos, la Ciudad es muy bonita.

Me gusta venir a la Cruz Roja porque me siento muy bien, y es súper porque tengo amigos, puedo hacer mis tareas, además creo que he mejorado mi comportamiento y mis notas, he aprendido a respetar a los demás, a bailar, a jugar sin pelear, mis profesoras me quieren mucho, además puedo leer, dibujar y colorear, en libros muy bonitos que tienen muñecos y dibujos que me encantan, mi mamá está muy feliz de que vengo a la escuelita, eso es para mi la Cruz Roja, y yo no quiero faltar nunca porque me gusta mucho.


Mi mensaje es que me gustaría que todos los niños vengan a los espacios amigables de Cruz Roja, para que aprendan, jueguen y conozcan más amigos.
Relato: Enrique Rafael Rondón Paredes
Niño migrante de nacionalidad venezolana, asistente a los espacios amigables.
Proyecto: Protección e integración de mujeres y familias migrantes venezolanas vulnerables en la ruta migratoria en Nariño Colombia.
Escrito por: Judith Marcela Gómez Lasso
Profesional en procesos educativos específicos
William Campiño Rojas
Coordinador Local del Proyecto.
Apoya: AECID Colombia
#SomosCruzRoja
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