Nuestro héroe rescatista.

“Con lágrimas en los ojos, Uriel Durán, voluntario socorrista en la especialidad de Búsqueda Rescate K-SAR de la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá, recuerda los momentos y misiones junto a Aarón “aparte de ser mi mascota era mi confidente, mi parcero y mi equipo. Quién pensaría que un perro puede llegar a educarte, pero es así, a medida que él iba avanzando para ser un perro operativo, me inspiraba a crecer juntos, y fue así que creamos ese vínculo tan fuerte, tan lleno de amor. Incluso ahora que ya no está me sigue enseñando muchas cosas, no puedo sentir sino agradecimiento hacia él y hacia la Cruz Roja por permitirme haberlo conocido”

Hace 10 años Uriel Durán no hubiese imaginado que, gracias a una perrita desobediente, podría conocer al que se convertiría en su colega por casi una década. Esta historia comienza con la necesidad de entrenar a una perrita labradora que él tenía. “Yo tenía una perrita, una labradora, que era muy traviesa. Me hablaron del curso de educación canina de la Cruz Roja Colombiana para adiestrar a mi mascota, luego de un tiempo, me inscribí a la modalidad K-SAR con la intención de que mi perrita gastara mucha energía, entonces me fui metiendo en el cuento y de pronto mi perrita empezó a perder el interés. Al cabo de un tiempo conocí a un compañero de la Cruz Roja Colombiana, él me comentó que su perrita había tenido cachorros y me preguntó si estaba interesa[1]do en uno, había siete cachorros entre esos Aarón, la verdad sentí que fue amor a primera vista, como se dice coloquialmente”. Aarón mostró interés desde cachorro en los entrenamientos y eso inspiró nuevamente a Uriel a continuar en la agrupación K-SAR.

“Más que entrenamientos, al inicio eran sesiones de juego entre amigos. Sin embargo, Aarón en poco tiempo se adaptó tan bien que al cabo de un par de años, y con la ayuda del centro canino de la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá, ya hacía parte del Equipo de Búsqueda y Rescate”.

Para que un canino logre ser operativo y sea apto para salir a una emergencia, tiene que pasar por seis etapas, al momento de culminar este proceso se realizan pruebas a nivel interno y externo, las cuales se tienen que pasar de manera óptima para que se pueda dar aval de salir a una operación. La especialidad de Aarón fue la búsqueda y rescate en estructuras colapsadas, en un principio su entrenamiento se enfocó en desastres naturales sísmicos, pero al no presentarse este tipo de situaciones en el país, la agrupación comienza a entrenar a Aarón en campo abierto. En el año 2018 Aarón y Uriel iniciaron oficialmente esta valiente y admirable labor, asistiendo y realizando búsquedas en diferentes territorios en el departamento de Cundinamarca. Sin embargo, hubo una misión en particular que no solo demostraría las increíbles habilidades de Aarón, sino que sería una de las razones por las cuales este binomio haría presencia Fotografía: en tierras turcas.

“En el año 2022 puedo decir que tuvimos una de las misiones más emocionantes, pero a la vez una de las más tristes, sucedió en Cajicá y teníamos que hacer la búsqueda de un niño de 16 años, el niño salió a pescar y cayó al cauce. Al tercer día de búsqueda, nos activaron a tres binomios y dividimos el río en tres secciones, a nosotros nos asignaron la sección central y después de kilómetro y medio, Aarón mostró un interés particular en una zona; sin embargo, como se trataba de un río, había muchas variables. Teníamos mucha esperanza de encontrar al joven vivo, pues Aarón estaba entrenado para realizar este tipo de búsqueda, lastimosamente esto no fue así, pues al siguiente día el cuerpo de Bomberos nos confirmó que el cuerpo había sido encontrado sin vida”.

Una vez más Aarón demostraba las grandes capacidades que tenía, Uriel señala que su compañero disfrutaba de su trabajo, antes de salir a entrenamientos Aarón saltaba y se mostraba emocionado, bastaba solo con que Uriel se acercara a su distintivo overol azul, para que Aarón supiera que era hora de la acción. Había tanto compromiso por su parte que en ocasiones no dimensionaba el riesgo, si él tenía un objetivo iba por ello.

Esa perseverancia permitió que esta dupla hiciera presencia en uno de los escenarios más trágicos a inicios del año 2023, el terremoto de Turquía. Después de 6 días de la tragedia, Aarón y Uriel llegaron a este país con la intención de dar todo de sí mismos y ayudar a las familias damnificadas a encontrar los cuerpos de sus seres queridos.

“Una de las búsquedas más importantes en nuestras vidas, no solo por la emergencia y por el desplazamiento, sino por la interacción que tuvimos con los otros equipos de socorro, fue la misión de Turquía. A pesar de que Aarón nunca había viajado en avión, no mostró ninguna incomodidad o cansancio por el viaje, llegamos, montamos campamen[1]to y al otro día a las 5 de la mañana ya estábamos listos para salir. Aarón estuvo muy activo y su actitud me decía – bueno, vinimos a trabajar o a pasear – su disposición y valentía era una de las tantas cosas que me hacía sentir orgulloso de él”.

Luego de dos semanas en el país asiático, este equipo regresó a su hogar. Uriel comenta que Aarón presentó en Turquía algunos síntomas leves de intoxicación, sin embargo, al llegar a Colombia, estos fueron incrementando y es ahí donde Uriel inicia con la angustiante búsqueda de un especialista en gastroenterología canina. Después de algunos días de tratamiento, Aarón presentó mejoría y la ilusión de Uriel volvió, pero este sentimiento no duró mucho tiempo.

“En esa semana de mayo Aarón entraba y salía de la clínica, pero el 5 de mayo mostró una gravedad importante. Decidí volverlo a llevar a la clínica y pues lo estuvieron tratando, y el 9 de mayo estaba en mi trabajo en el aeropuerto tipo 6 de la mañana cuando me llamaron de la clínica y me dieron la noticia que había presentado un paro cardiorrespiratorio. Yo la verdad salí corriendo, había tanto tráfico que entré en desespero, tenía ganas de irme por el carril de Transmilenio. A los 20 minutos de la primera llamada, recibí la segunda llamada, el corazón se me detuvo, tenía la esperanza de que me dijera el doctor que Aarón ya estaba estable, fue entonces cuando me dieron la noticia que no había nada que hacer. Llegué a la clínica, todavía estaba tibio. Traté de darle primeros auxilios, pero ya no había nada que hacer, fue como la angustia de un padre por su hijo y no podía quedarme de brazos cruzados, en ese momento sentí muchas emociones juntas, y fue ahí donde recordé mis últimos nueve años junto a él y no pude hacer más que agradecerle a Dios por haberme regalado ese amigo, ese hijo. Definitivamente, una parte de mi corazón se fue con él”.

Hoy agradecemos a este binomio valiente y comprometido, por esos 9 años de actos voluntarios. Resaltamos y admiramos la nobleza que había detrás de nuestro héroe canino. Aarón es la inspiración de muchos integrantes de la agrupación K-SAR que día a día se arriesgan por salvar la vida de muchas personas.

¡Siempre recordaremos a nuestro peludo por enseñarnos el valor de la lealtad y el amor incondicional hacia la misión humanitaria!